Hace unos días se dio a conocer el informe “EU Competitiveness- Looking Ahead“, más conocido como “Informe Draghi“. Un documento publicado por la Comisión Europea en el que se analiza la competitividad de Europa respecto al resto del mundo y se proponen objetivos y acciones para mejorarla.

Como era esperable, el documento está generando todo tipo de reacciones y opiniones (1, 2, 3) y sin ninguna duda será muy influyente para el desarrollo de futuras políticas de competitividad e innovación.

En lo que respecta a la temática de este observatorio, la gestión, vamos a citar y comentar alguno de sus contenidos, ya que podemos encontrar claras referencias en este sentido.

A modo de introducción, en el primer documento del informe (titulado “A competitiveness strategy for Europe“), se hace una primera referencia a la gestión, en el apartado dedicado a la falta de competencias como barrera para la innovación:

“La adopción desigual de prácticas de gestión básicas, especialmente las necesarias para gestionar el capital humano, es probablemente responsable de la lenta adopción de las TIC en la UE a finales de los años 1990 y en los años 2000, especialmente entre las microempresas y las pequeñas empresas.”

Pero es en el segundo documento, “Part B– In-depth analysis and recommendations” —el más amplio y en el que se identifican tanto áreas de mejora como posibles objetivos y propuestas de acción— donde podemos encontrar más información relacionada con la gestión.

En concreto, en el capítulo sobre políticas horizontales relacionadas con la falta de competencias “Closing the skills gap” (pag 257), se realizan las siguientes valoraciones respecto a las competencias en gestión:

“Las competencias en gestión desempeñan un papel esencial para la adopción y el uso productivo de nuevas tecnologías y la asignación óptima del capital humano. Por ejemplo, la falta o la adopción inadecuada de prácticas de gestión modernas se suele citar como una de las razones por las que las PYMEs no prosperan. Sin embargo, los empresarios suelen invertir poco en la adquisición de competencias en gestión debido a percepciones erróneas sobre el valor de estas capacidades, a limitaciones financieras y a falta de programas formativos de alta calidad, reconocidos públicamente y de fácil acceso.” (…)

“La escasez de competencias y la mala asignación de talento también son comunes en los niveles directivos de las organizaciones. Las diferencias en competencias en gestión puede explicar una parte sustancial de la brecha de productividad de la UE en comparación con los EE.UU. (…)”

“El déficit de competencias en gestión es especialmente grave entre las PYMEs, tanto en la UE como en otros lugares. Hay pruebas de que la falta de competencias en gestión suele deberse a una percepción sesgada de la importancia de la gestión para el rendimiento de la empresa, así como a la escasez de talento disponible para ocupar funciones y tareas de gestión cruciales y a la concentración de la propiedad y el control en empresas familiares.”

Posteriormente se establecen una serie de objetivos para mejorar en competencias/capacidades, uno de ellos dedicado específicamente a las competencias y capacidades en gestión (pag 276), que se describe de la siguiente forma:

Promover las capacidades en gestión en las PYMEs.

Las prácticas de gestión son esenciales para garantizar que el capital humano se utilice de manera eficaz en las organizaciones, por ejemplo, para garantizar que la inversión en nuevas tecnologías o procesos de producción se corresponda con las capacidades complementarias necesarias (…).

Las intervenciones públicas que fomentan la adopción de prácticas de gestión por parte de las PYMEs (que son empresas que muestran importantes lagunas en la adopción de prácticas de gestión básicas) tienen una larga historia, resultan rentables y producen efectos duraderos en la productividad de la empresa. Para promover la adopción de capacidades de gestión por parte de las PYMEs, es necesario aumentar tanto la oferta como la demanda de formación en gestión.

El documento también incluye algunas sugerencias y ejemplos respecto cuales podrían ser los instrumentos para promover y desarrollar las competencias y capacidades en gestión, que podrían servir como punto de partida para el diseño de políticas y programas públicos concretos en este sentido (pags 276 y 277) y que recomendamos leer, si el tema nos resulta de especial interés.

En definitiva, el Informe Draghi confirma la relevancia de la gestión avanzada para innovar y para la consecución de la competitividad (como también se ha evidenciado en anteriores artículos de este observatorio 1, 2, 3). Y subraya la necesidad de seguir trabajando en desplegar su conocimiento y aplicación, mediante políticas, recursos y programas formativos concretos.