La mayoría de las iniciativas dirigidas a mejorar la gestión en las pymes suelen focalizarse en la utilización de personas expertas del ámbito de la consultoría, para que apoyen y orienten a los responsables de la empresa en el desarrollo e implantación de metodologías y buenas prácticas de gestión. En Euskadi hay innumerables programas de este tipo —no solo para la mejora de la gestión— y también en EUSKALIT es uno de los enfoques más utilizados (como por ejemplo, el programa KnowInn). Por ello es importante conocer qué dice la evidencia respecto a este tipo de iniciativas. ¿Realmente la consultoría de gestión ayuda a las empresas, especialmente a las pymes, a ser más competitivas?
Dar respuesta a esta pregunta no es tarea fácil, ni mucho menos. Los factores de competitividad de las empresas son muy diversos, dependen de numerosas variables, tanto internas como externas, y suelen cambiar en función del periodo de análisis. Y aunque hay investigaciones que muestran que gestionarse mejor puede ayudar a las pymes ser más competitivas (1, 2), el efecto concreto de una intervención de consultoría es algo complejo de estudiar y cuantificar.
Posiblemente el estudio más interesante en este sentido es “The Impact of Consulting Services on Small and Medium Enterprises: Evidence from a Randomized Trial in Mexico” (2018). Este trabajo analizó el posible impacto de un programa de consultoría de gestión que se ofreció a un grupo de 150 pymes (108 micro, 34 pequeñas y 8 medianas), seleccionadas aleatoriamente de un grupo de 432. El programa, de una duración prevista de dos años (pero finalizado tras el primer año debido a problemas de financiación) se llevó a cabo entre 2009 y 2010. De las 150 empresas a las que se ofreció el programa, finalmente participaron 80. El resto declinaron la invitación, mayoritariamente por falta de recursos económicos para abonar la parte que les correspondía (en ese sentido, cabe destacar que estaba muy subvencionado, teniendo que abonar tan solo una parte: las microempresas un 10% del coste de consultoría, las pequeñas un 20% y las medianas un 30%).
El apoyo de consultoría fue ofrecido por personas expertas seleccionadas mediante un proceso competitivo. El programa incluyó un diagnóstico inicial, tras el que se planificaron y ejecutaron las acciones de mejora, orientadas a las necesidades de las empresas. Las actuaciones de consultoría fueron diversas, estando las más habituales relacionadas con el marketing y las ventas, la contabilidad, la definición de la misión y la visión y la concreción de la estructura organizativa. En cualquier caso la heterogeneidad fue alta y se abordaron otras cuestiones.
Una vez finalizado, el equipo de investigación analizó los resultados y detectó en el corto plazo (entre 1 y 4 meses después) algunas mejoras en la productividad y en el rendimiento de los activos. Pero las mayores diferencias se detectaron en el largo plazo (hasta cinco años), en concreto al analizar la evolución del empleo a través de la cifra de personas empleadas y la masa salarial diaria. Los gráficos incluidos fueron los siguientes (la línea más oscura representa datos de pymes que recibieron consultoría):
Como se puede observar, en ambos casos el crecimiento a largo plazo en empleo de las empresas del grupo de tratamiento, es decir, de las que recibieron este apoyo de consultoría, fue significativamente mayor. A pesar de que sus datos antes de la intervención (2005-2006) eran incluso peores que los del grupo de control.
Aunque el estudio tiene sus limitaciones, parece que confirma posibles efectos positivos de los servicios de consultoría de gestión en las pymes, sobre todo a largo plazo. Obviamente, además del compromiso de la empresa, gran parte del éxito depende del conocimiento y profesionalidad de la consultoría, por lo que habría que integrar un proceso de selección en ese sentido.