Para avanzar hacia la Gestión Avanzada el rigor es fundamental, tanto desde la perspectiva de la calidad de la información como de los criterios para la toma de decisiones. Por ello es importante identificar y prevenir los enfoques que puedan poner en peligro dicho rigor. En ese sentido, en el mundo de la gestión de las organizaciones se utiliza el término “bullshit” (que podría traducirse como “chorradas”, “estupideces” o “bobadas”), un término que podría parecer hasta cómico, pero que tiene su relevancia. Según los expertos que lo han investigado, “las bobadas se han convertido en una práctica de comunicación aparentemente omnipresente que impregna muchos aspectos diferentes de nuestras vidas, incluido nuestro lenguaje cotidiano, cultura, política y (…) la vida en las organizaciones.” (fuente).

Uno de los aspectos fundamentales para investigar en este campo es el disponer de una definición clara de lo que se consideran estas “bobadas”, para poder identificarlas de forma estandarizada. En ese sentido, en la reciente investigación “This Place Is Full of It: Towards an Organizational Bullshit Perception Scale” (2020) se incluyen algunas explicaciones que pueden ayudar.

Las bobadas organizacionales se suelen definir como “actos de comunicación que no se basan en la verdad” y “se pueden expresar por escrito (correos electrónicos, memorias, informes), al hablar (conversaciones y discursos) y visualmente (gráficos, diagramas). (…) Es importante distinguir entre bobadas y mentiras. Mientras que a los mentirosos les importa la verdad, la conocen y deliberadamente la tergiversan, los que dicen bobadas no saben ni les importa si algo que comunican es cierto o no. (…) Los lugares de trabajo están inundados de muchas bobadas que se manifiestan de muchas formas diferentes. Por ejemplo mediante declaraciones de los líderes sin conocer los hechos; titulaciones sin sentido; eslóganes falsos y superficiales; o la exageración, como el “engordado” del currículum.”

En otro reciente estudio, “Confronting indifference toward truth: Dealing with workplace bullshit” (2020), los investigadores incluyeron la siguiente tabla con explicaciones y ejemplos que pueden ayudar a entender las bobadas organizacionales:

Para entender mejor de lo que estamos hablando, en el primer estudio se propone un método para medir la percepción de las personas respecto a las bobadas en su organización, preguntándoles mediante un cuestionario (que se probó y validó satisfactoriamente), que describe con bastante claridad las más habituales. Se desarrolló en base a las que serían las tres dimensiones fundamentales que favorecen las bobadas: El escaso respeto por la verdad y la evidencia; la diseminación de las mismas por parte de los líderes; y el uso de “lenguaje bobo”, lleno de acrónimos y jerga.

Estos serían los 15 ítems que se proponen en dicho cuestionario (una R significa que la relación con las bobadas es inversa):

  1. Se deben presentar evidencias que justifique las decisiones tomadas (R).
  2. La gente con frecuencia hace afirmaciones que no puede demostrar.
  3. Es fácil acceder a la información que ayuda a tomar buenas decisiones. (R)
  4. Cuando tomamos decisiones damos más importancia a las pruebas que a las opiniones personales .(R)
  5. Puedes convencer a la gente para que haga cosas incluso si la evidencia no respalda tus argumentos.
  6. Las personas dedican tiempo a recopilar y analizar datos antes de tomar decisiones. (R)
  7. Si quieres avanzar, insiste en que todo va bien, aunque la evidencia diga lo contrario.
  8. Mi jefe dirá lo que sea necesario para conseguir lo que tiene pensado.
  9. Cuando mis jefes hablan, suelen argumentar sus opiniones con lógica. (R)
  10. Mi jefe suele decir cosas que pueden o no ser ciertas.
  11. Incluso cuando las personas no saben de qué están hablando, mi jefe a menudo acepta sus sugerencias.
  12. A mi jefe le encanta usar siglas.
  13. A mi jefe le encanta utilizar jerga.
  14. La gente usa la jerga con demasiada frecuencia.
  15. La gente usa acrónimos con demasiada frecuencia.

Aunque es posible que en algunas situaciones puntuales el uso esporádico de las bobadas puede ser positivo y ayudar a crear buen ambiente y favorecer la creatividad, la literatura científica sobre el tema indica que el uso arraigado de las bobadas en las organizaciones suele ser negativo, ya que dificulta la gestión basada en hechos y datos y fomenta los problemas de comunicación.

Por ello, en el último estudio mencionado los autores proponen un modelo de cuatro fases (entender, identificar, actuar y prevenir) – descrito irónicamente el acrónimo C.R.A.P. – con directrices y recomendaciones para gestionar las bobadas organizacionales:

Estamos en una época en la que de desinformación y las fake news están omnipresentes y los “factcheckers” se han vuelto necesarios, por lo que puede ser buena idea trabajar también en las organizaciones en este sentido.